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La princesita, el dragón y el caballero enamorado

La princesita, el dragón y el caballero enamorado

Había una vez en un reino muy lejano una princesita muy bonita, con una sonrisa preciosa que a todos los caballeros del reino enamoraba. Era una princesita alegre, divertida, cariñosa, inteligente, pero a veces también algo bicho y traviesa.

A la princesita le gustaba mucho cuidar de sus flores, y cuidar en especial de una perrita llamada Lady Sara, a las dos les encantaba jugar y salir a pasear. Pero algo hay que decir de Lady Sara, era algo perezosa, y cuando veía pasar a un caballero con su caballo, se le ponía en medio del camino, para que la subiera con él y así no tener que andar de camino al castillo.

La princesita vivía en un enorme castillo ella sola, todo y que muy cerca de ella había otros castillos habitados por caballeros y reinas. La princesita le hacía gracia encontrarse al caballero del castillo más cercano al suyo, y le hacía gracia porque este caballero era un poco loco, siempre andaba diciendo tonterías que la hacían reír y a más siempre iba con reinas procedentes de reinos muy alejados, y por las noches hacían tales fiestas que la princesita desde su castillo las podía oír de ruidosas que eran.

A la princesita, también le hacía feliz encontrarse cada día con un caballero llamado Lancerot, el cual siempre perseguía a todas las princesitas de todos los reinos, fueran reinos cercanos o lejanos, era un caballero algo golfillo y a toda princesita que veía quería enamorar.

La princesita, le divertía como el caballero Lancerot le contaba sus gestas y sus batallas, y como más de una vez este había tenido que salir galopando en su caballo muy apresuradamente de algún reino, porque había intentando seducir a alguna princesa ya con príncipe.

Otras amistades tenia la princesita, entre ellas le tenía especial cariño a Lady Miriam, la cual era una rubia hermosa también muy cariñosa, y con la que salía a menudo a pasear.

La princesita era feliz y estaba muy bien en su castillo, y más cuando cada tarde un caballero para ella muy especial, le enviaba mensajes a través de una paloma mensajera o a través de una bola mágica, le hablaba. Era un caballero este muy lejano, el cual muy enamorado estaba de la princesita.

La quería con locura el caballero a la princesita, veía en ella solo hermosura, veía que esta tenía muy buenos sentimientos, que era buena, honesta, cariñosa, agradable, dulce, amable, traviesa pero también veía que la princesita tenía muchos miedos invisibles a las demás personas.

 

Cada noche el caballero y la princesita hablaban y hablaban, horas y horas. La princesita y el caballero cada noche eran felices hablando o enviándose a través de palomas mensajeras pequeños escritos atados  en una de las piernas de estas. El era muy feliz y ella también.

El caballero siempre pensaba que nunca había conocido a alguien que le hiciera sentir tan bien, que le hiciera sentir en un cuento de hadas, simplemente al hablar con ella sentía magia, mucha magia.

Pero el caballero de las Tierras del Norte, así era conocido entre los allegados a la princesita, desde hacía mucho tiempo, prácticamente meses después de conocer a la princesita, se dio cuenta que a esta  cada noche una pesadilla le asustaba de tal forma que a sus sueños hermosos renunciaba.

El caballero de las Tierras del Norte, no sabía inicialmente que pesadilla asustaba a la princesita, de tal forma  que esta renunciara a sus sueños y a sus ilusiones. Pero poco a poco el caballero fue sabiendo de esas pesadillas, y una cosa tenía muy clara el caballero, que sentía tanto amor por la princesita, que no pararía hasta derrotar a esa pesadilla en forma de dragón.

Decían del caballero de las Tierras del Norte, que era muy obstinado en sus propósitos, y que nunca absolutamente nunca renunciaba a las personas que quería y menos aun renunciaría a la persona que amaba.

Era tal el amor que sentía el caballero de las Tierras del Norte por la princesita, que por ella se dejaría morir, sentía muchísima locura por ella, no solo era la persona que amaba sino que era su mejor amiga, y es por ello que nunca la dejaría a merced de ningún dragón por muy difícil que fuera este de vencer.

El caballero sabia que vencer a ese dragón seria una gesta muy difícil, pero también sabía que ese dragón todo y no tener forma, todo y ser invisible podía ser vencido y seria vencido.

A veces el caballero en esa batalla con el dragón invisible, como no podía verlo daba palos de ciego, equivocándose y quizá sin querer dañando a su princesita, pero el caballero sabía que su amor era tal, que quería derrotar a ese dragón, y lo quería derrotar porque su princesita era su todo, era su ilusión, era su vida.

El caballero quería derrotar al dragón, como quería el perdón de su princesita si es que sin querer le hacía daño, pero el solo pretendía luchar por su amor y para que su princesita dejara de soñar con el dragón y solo soñara con la ilusión del amor que les unía.

Muchas veces el caballero creyó haber sido derrotado por el dragón, pero sacaba fuerzas de donde no las había, porque de algo estaba seguro, que su princesita era tan especial y valía tanto la pena que por ella moriría, y que por ella daría su último aliento, el caballero ante todo aunque el muriera quería que el dragón también muriese para siempre y su princesita fuera feliz.

El caballero de las Tierras del Norte sentía tanto por la princesita, que muchas veces pensaba que no iba a desistir en su lucha aunque esta tuviera que perdurar años y años, y pensaba así porque de algo estaba convencido, que la princesita lo valía todo y más.

El caballero muchas veces pensaba que si se dejaba derrotar por el dragón ya nada tendría sentido, porque estaba seguro que no volvería a tener ilusiones, si su princesita dejaba de estar a su lado, el solo podría sentir amargura.

Muchas noches el caballero después de hablar y hablar con la princesita a través de la bola mágica, se quedaba horas pensando en ella, en lo muy bien que lo había hecho sentir, en lo mucho que la quería, y en esas horas de pensamiento, tenía un sueño para el hermoso, poder ver a la princesita dormida con una sonrisa y el estar a su lado para ahuyentar cualquier mal sueño que esta pudiera tener.

El caballero no pretendía proteger a la princesita, solo pretendía verla feliz, ver la con una sonrisa, porque para el caballero ver esa sonrisa seria encontrar su propia felicidad.

El caballero sabia que a veces la princesita, desearía rendirse al dragón y que quería rendirse porque así pensaba que protegería al caballero del dragón, pensaba que así el caballero de las Tierras del Norte no saldría lastimado. Pero se equivocaba la princesita, la única cosa que podría lastimar al caballero seria el sentirse alejado de ella, sentir que el dragón conseguía arrebatar los sueños a la princesita, eso sí que lastimaría al caballero, pensar que el dragón arrebataba los sueños de ambos.

El caballero de las Tierras del Norte, no iba a renunciar, nunca lo haría, su amor era demasiado grande, le importaba demasiado la princesita, y si tenía que seguir luchando contra ese dragón en la soledad lo seguiría haciendo, pero nunca dejaría a su princesita y cada mañana como cada noche el caballero seguiría enviando a la paloma mensajera con un mensaje expresando sus sentimientos.

Muchas veces los ojos del caballero se llenaban de emoción, al pensar en lo mucho que quería a su princesita, se llenaban de emoción sus ojos al recordar todo el cariño que le hacía sentir la princesita, se llenaban de emoción al recordar toda la felicidad que le hacía sentir la princesita.

Es curioso que el caballero de las Tierras del Norte, pocas veces a pesar de las muchas batallas que había participado, había sentido lagrimas en sus ojos, pero si que las sentía al recordar todo los sentimientos que le despertaba su princesita, al recordar toda la felicidad que esta le daba.

No quería el caballero que la princesita renunciara a sus sueños, no quería el caballero que la princesita renunciara a sus sentimientos, no quería que la princesita creyera que la lucha contra el dragón estaba perdida, el caballero quería que la princesita se mirase a si misma y que viera todo lo bonito que había en ella, el caballero estaba convencido que si princesita se miraba así misma vería toda la su propia hermosura, vería la mucha magia que desprende y esa magia seria la que derrotaría al dragón.

Cada noche la princesita al soñar con el dragón hacia que por la mañana dejara de ver todo lo maravilloso que había en ella y el caballero solo pretendía que ella volviera a ver toda esa magia interior que tenia, porque era infinita y si ella veía toda esa magia el dragón sabría que había sido derrotado.

El caballero de las Tierras del Norte, se prometió así mismo una cosa, que seguiría y seguiría luchando contra el dragón y que cada mañana y cada noche, un mensajito enviaría a la princesita a través de las palomas mensajeras.

Las ilusiones del caballero de las Tierras del Norte, no serian derrotadas por ningún dragón y seguiría soñando en que cogía a la princesita de sus manos y paseaban por la playa acompañados de la perezosa Lady Sara.

Pero este cuento al leerlo se tiene que convertir en mágico, tiene que tener magia este cuento y con el lograr una cosa sencilla como hermosa, que esta noche si el cuento es leído, despierte la magia de la princesita, y que esta sin dudarlo coja a una paloma mensajera y que envié un mensajito al caballero diciéndole “te quiero”.

Y posiblemente que la princesita desde su castillo, si sabe de este cuento, pensara que simplemente que solo es cuento y que estos no existen, pero se equivoca porque detrás de este cuento hay muchos sentimientos, mucho amor y eso lo convierte en mágico, porque los sentimientos como el amor son verdaderos, son tan verdaderos como de llenar de emoción los ojos de la princesita como del caballero.

Princesita, si en este momento en tus ojos hay emoción significa que los sentimientos existen, que la magia existe y que no hay que renunciar a los sueños, si hay emoción en tus ojos envía un mensajito a tu caballero y este será feliz.

Princesita, el caballero de las Tierras del Norte nunca se irá como nunca desistirá de luchar y vencer al dragón por muy difícil que resulte, que te quiere tanto que por ti se dejaría morir, eres su sueño, su ilusión y su felicidad.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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